En tus ojos me pierdo,
en tu voz me encuentro,
tus manos me
rescataron del tormento,
tu nombre se volvió
una caricia del viento…
Eres tú…
Eres tú, el dolor que
en mi pecho vive anidado,
quemando como fuego
y dejándome marcado,
haciendo gritar a mi alma herida,
que con tu ausencia cada
vez se siente más perdida…
Recorres con tu índice…
Recorres con tu índice mi brazo,
nos sentimos piel con piel,
percibimos una fuerza incontrolable,
como volcán en erupción desbordante,
dejando en cada roce,
llamas de un deseo palpitante…
En silencio caminamos…
En silencio caminamos,
juntos vamos de la mano bajo
el cielo oscuro y estrellado,
y el suave viento nos susurra
aquello que nos cuesta expresar,
pero sentimos: te amo…
Tus miradas profundas…
Tus miradas profundas
esconden versos secretos,
de sueños, dolores y desaciertos,
de esperanzas rotas y pasiones que
con el tiempo fueron muriendo…
Me invitas a tu boca…
Me invitas a tu boca,
relames tus labios
con sensualidad,
con pasión contenida,
suplicando por satisfacer
un deseo prohibido,
me llevas hacia ti,
me acoges con tu lengua,
el desenfreno te controla,
me acaricias,
me besas, exploto,
discurre mi placer
perdiéndose entre tu saliva,
enfriando la lava hirviendo
que de mí conseguiste vaciar…
Llegó sin avisar la soledad…
Llegó sin avisar la soledad,
sin pedir permiso se instaló,
susurró en mis oídos palabras
de desconsuelo y me cubrió
con su manto frío y sombrío,
haciendo que de mis ojos
fluyera todo un río…
Llévame lejos…
Llévame lejos, lejos de aquí,
a un sitio donde el sol brille con más intensidad,
donde el viento susurre palabras de paz,
donde el mar acaricie como lo hacen tus dedos,
con suavidad, donde los sueños se hagan realidad,
donde las estrellas brillen con mayor claridad,
donde se nos detenga el tiempo y
no importe lo que mañana sucederá…
Con cada silencio…
Con cada silencio que recuerdo,
se entristece mi alma,
se hacen presentes los recuerdos
del dolor que no permite
llegue el olvido a mí…
Entre puertas cerradas…
Entre puertas cerradas
guardamos secretos y susurros,
cansancios y gemidos, gritos y suspiros,
lágrimas de despedidas escurriendo
en los rincones oscuros;
entre puertas cerradas se
esconden historias no olvidadas,
alegrías y dolores, pesadillas, sueños,
y una intimidad en la memoria
de lo que fue y no volverá,
porque se perdió en la
cárcel de la libertad…