En la penumbra,
atisbo tu recuerdo,
escucho tu voz muy tenue,
sentirte tan cerca y no tenerte,
con la impaciencia exaltada
de echarte tanto de menos
y estar tan lejos…
Me llenas la inspiración…
Me llenas la inspiración con versos
y humectas mi piel
con tus cálidos besos;
tú colmas de amaneceres mi alma
y has traído la esperanza a mi vida
desde tu llegada…
Mis insomnios…
Mis insomnios
le pertenecen
a tu falta;
mis incendios,
a tu presencia
en mi cama…
Llegó a su vida…
Y llegó a su vida,
la que parecía
estar vacía,
para darle
sentido a todo…
Miradas…
Me gusta cuando en silencio
nos sentamos a mirarnos;
miradas que dicen más que mil palabras;
miradas en las que nos tentamos
y nos acariciamos el alma;
miradas que nos atraen hasta terminar
enfundados en un abrazo, besándonos;
miradas que rompen el hielo,
provocan eco en el silencio
y desbordan tanto sentimiento…
Olvido…
No recordaba siquiera su nombre,
porque quiso borrar todo rastro de ella
con tal de curarse para siempre
el dolor que su partida le provocó…
Te amo, sin importar…
Te amo, sin importar el tiempo,
ignorando la distancia,
sin tener en cuenta si es viernes
por la tarde o lunes por la mañana,
despierto y fantaseando con tus besos,
o dormido y soñando con lo que anhelo;
te amo, en el desequilibrio de mi locura,
y en el vacío de mis manos sin las tuyas;
te amo, sin más, sin peros,
con tu imperfección, con tus defectos,
con esos detalles que desquician mis adentros,
te amo desde el primer beso
y lo haré hasta el último aliento…
Belleza al amanecer…
Se sentaron,
codo a codo,
a ver el amanecer.
-Jamás vi algo tan hermoso-,
dijo ella, mirando al alba.
-Yo tampoco-, respondió él,
sin quitar la mirada de ella,
admirando aquella belleza
que opacaba el alba…
Entrégate esta noche…
Entrégate esta noche,
no es necesario
que te quites la ropa,
me basta con que te
despojes de los miedos
para ver la profundidad
de tu alma desnuda…
Enloquecer…
Me acostumbre tanto al rechazo,
que cuando me diste el <sí>
no supe qué hacer
y mi única alternativa
fue terminar de enloquecer…