La vida me decía
una y otra vez que no,
pero sin embargo me arriesgué,
porque tenías lo que siempre
en mi andar busqué…
No volví a sentir amor…
Tenías en tus manos una granada,
un paso en falso y estallaba;
después del error,
mi corazón reventó,
no fue capaz de sentir de nuevo amor…
Despiertas mis sentidos…
Despiertas mis sentidos,
llenando mi corazón de latidos,
con las caricias de tus besos que
a mis labios acuden concurridos…
Me siento cada tarde…
Me siento cada tarde
a mirar el horizonte
con la esperanza de verte,
como en tantos sueños,
llegar y abrazarme,
haciéndome olvidar todo
ese tiempo en el que
me castigó la soledad…
De tu mirada son todos mis versos…
De tu mirada son todos mis versos,
el sentimiento que a mi palpitar
da un ritmo perfecto,
percibiendo en la piel cada uno
de nuestros momentos,
dejándolos clavados en la pared
de mis recuerdos…
No importa lo difícil…
No importa lo difícil
que haya sido el viaje,
mientras al final del camino
me encuentre en tus
brazos como destino…
Lo estoy intentando…
Lo estoy intentando,
pero la presión pesa tanto,
que sólo siento
que voy fracasando…
Tus labios gritan en silencio…
Sueltas un suspiro,
lo acompañas de un gemido,
muerdes tu labio, se hace el silencio,
tus brazos se encargan de encarcelarme,
ambos nos hacemos sentir,
me miras y me abrazas contra ti,
nos vamos llenando los sentidos
y como si fuéramos uno solo,
se une nuestro latir,
encuentros así, contigo,
toda la vida los quiero repetir…
Siempre supe que me ibas a doler…
Siempre supe que
me ibas a doler,
y pese a ello me arriesgué,
porque consideré que por ti,
valía la pena sentir
el corazón perecer…
Cada vez que miro por la ventana…
Cada vez que miro por la ventana,
lo hago con la esperanza de verte
aparecer por el umbral del camino,
ese que te vio marchar,
llevándote todo,
excepto mis plegarias en las que
cada día pido verte regresar…