Cerramos la puerta
y nos acomodamos lentamente en el diván,
cada caricia era una delicia,
de nuestros labios no nos podíamos separar,
así transcurrió la tarde,
el silencio sólo era interrumpido
por algunos sonidos llenos de placer,
no hubo descanso, nos llegó la noche,
en nuestros cuerpos nos supimos perder…
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