Tus ojos arden apenas llega la medianoche,
vale la pena esperarte en soledad,
vale la pena el olvido por un instante
en tus brazos llenándome de felicidad;
lo único que deseo es amarte y entregarme,
olvidando que al amanecer, de nuevo te irás…
Te entrego mi alma…
Te entrego mi alma,
se diluye la calma,
la vida me deja de ser liviana,
no dejo de esperarte
mirando por la ventana,
me duele que cada día
estés más lejana,
grita mi ansiedad
que con nada sana…