Ya no quiero que existas en mis pensamientos,
en mis recuerdos, en mi sueños,
fijada en mi mirada y en la tristeza de mis cuentos;
ya no quiero que existas en mi piel,
en las heridas que no he logrado desaparecer,
en mi cabeza en cada amanecer,
siendo la ausencia que a mi alma llega a entristecer…
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