Vagaba mi ansiedad,
anhelaba que volvieras,
que fingieras que no me
habías dejado de amar
y en tu alma aún me encontraba
en los resquicios de la eternidad,
esos recuerdos quedados
en la memoria a perpetuidad…
Lamento echarte tanto de menos…
Te sueño, despierto,
miro al cielo
y mientras una lágrima
recorre mi rostro,
lamento echarte
tanto de menos…