Nos dicen adiós los azules de mayo,
deseo que la primavera de junio
sea menos hostil y que con su llegada,
sutil, nos dé un tiempo febril
que no se acabe como amor juvenil…
Luz que se pierde…
Luz que se pierde siempre que no estás,
la vida me transcurre de noche,
¿cómo puedes ser tan esencial?
Muero a cada instante que de mí te vas…
Soy culpable…
Soy culpable, bajé la guardia,
te permití tocar mi alma,
fría, solitaria, dejé que
pintaras sonrisas en mi cara;
culpable soy de la herida
que con tu adiós,
en el corazón me quedó…
Desamor…
Desamor
con amor
se cura…
Historia de un encuentro…
No estaba perdido, buscaba el laberinto de los libros de la <Jorge Cuesta> en donde deseaba pasar parte de la mañana, y ahí te vi, te llamó la atención mi predilección por textos de José Emilio Pacheco, <qué buena elección>, me soltaste, tímidamente sólo te pude sonreír; entre ratos nuestras miradas se encontraban, se buscaban, salí de ahí y me dirigí a un famoso café, era tarde para el desayuno, pero algo debía comer, me senté, pedí, a los pocos minutos, te vi llegar, nos miramos, no sé de dónde saqué valor, pero me levanté y te invité a la mesa compartir, a lo que respondiste un dulce sí; hablamos más de lo que comimos, fue una inmediata conexión; caminamos juntos hacía <El Péndulo>, nos recomendamos lecturas, autores, hablamos de cosas más profundas, de sentimientos, pensamientos, emociones, caía la tarde, no quería dejarte ir, y tú alargabas la despedida, tampoco querías partir, intercambiamos números, sabíamos que esto no iba a quedar ahí, la vida nos cruzó en el mismo camino, a propósito quería en el destino hacernos coincidir…
Pude haberte dicho adiós…
Pude haberte dicho adiós,
pero me quedé un tiempo
estacionado, esperando,
por si sentías la necesidad
de adornarte con mi amor
una vez más…
¿A dónde van a parar los sueños?…
¿A dónde van a parar los sueños que
acomodamos en un rincón del corazón,
que en el intento de cumplirse
se detuvieron hasta fenecer?
¿En dónde quedó lo que éramos, la fe,
los proyectos, la esencia de nosotros
y de todo lo que luchamos por llegar a ver?
¿A dónde se irán esos momentos que en el
tiempo quedaron, pero en nuestra memoria
vivirán para recordarnos lo que pudimos ser?…
Si en otra vida llegamos a coincidir…
Si en otra vida llegamos a coincidir,
espero que me recuerdes,
porque sin importar el tiempo,
no hay manera de olvidarme de ti…
No tengo antídoto para curar tu falta…
La nostalgia se cuela por la ventana
mientras la cordura se me escapa,
no tengo antídoto para curar tu falta,
soy un desastre,
un fantasma que se vuelve loco
cuando tu ausencia me asalta,
se cuelga de mi espalda
y me abofetea con la esperanza
de una vuelta que debo saber es falsa…
No fui…
Entiendo, no fui,
el amor que por él sentiste,
en ti no llegó a arder por mí,
tengo la cabeza llena de preguntas
pero todas se responden igual,
el amor de tu vida no logré ser…