Su olor estaba en mí,
todavía llevaba la esencia del fino rocío
matinal que había impregnado sobre mi piel,
y recordaba cada beso y cada caricia que
hizo que ese aroma se permaneciera ahí,
saciando mi alma, que desde tu marcha,
te demanda…
La pluma es mi voz…
Su olor estaba en mí,
todavía llevaba la esencia del fino rocío
matinal que había impregnado sobre mi piel,
y recordaba cada beso y cada caricia que
hizo que ese aroma se permaneciera ahí,
saciando mi alma, que desde tu marcha,
te demanda…
Deja una respuesta