Mi alma sólo
en dos ocasiones vibró,
el día de tu llegada,
y cuando se dio tu partida,
después, inerte quedó,
¿sentir? No, nunca se repitió…
El vacío esgrimió tu ausencia…
El vacío esgrimió tu ausencia,
turbando mi calma,
llenándome de impaciencia,
recordándome que te
fuiste con indiferencia,
yéndose contigo
toda mi esencia…