Escapaste de mi orilla,
tu barco no llegó al puerto
donde tanto ansiaba
tu llegada para acabar
con mi pesadilla,
esa que tengo cada
noche desde tu partida…
Melancolía eterna…
Me dejaste con cara de «blues»,
una tristeza repetida,
una melancolía eterna,
y un sentimiento de extrañeza
del cual soy incapaz de salir,
y parece que esta
nostalgia nunca tendrá final…