Sentado bajo el guayacán,
acogido por su sombra,
miro el cielo
completamente nublado,
y pienso que me acompaña
en mi sentimiento,
como en mi interior,
en cualquier momento lloverá…
Con una mirada…
Con una mirada
me ponías en las
puertas del cielo,
o bien,
asesinabas mi esperanzas,
negándome tus ojos
y condenándome al infierno…