Vuelve el recuerdo de aquellas
noches en las que vibrábamos,
cuerpo a cuerpo,
llenándonos la piel suave y
húmeda con caricias y besos,
gimiendo al contacto de lo más
sensible de nuestros sexos,
saciando la lascivia de nuestro
amor colmado de deseo…
Teníamos algo tan profundo…
Teníamos algo tan profundo,
que por absurdo que parezca,
nunca se concretó;
tal vez amándonos
menos habríamos sido,
pero no tan trascendentes
y nuestro destino hubiera
sido acabar en el olvido…