Inmediatamente al conocerte,
me sentí desnudo,
desvestiste no sólo mi piel
sino también mis pensamientos,
mi alma, mis miedos,
me enseñaste a mostrarme tan natural,
a sentir y dejarme sentir,
sin importar nada más…
Una casualidad…
Fuiste en mi vida
una casualidad,
que me dio un
propósito y dirección…