Me enseñaste, poco a poco, a anhelarte,
a suspirarte, a pensarte a cada instante,
todas las noches soñarte,
a echarte tanto de menos y no parar de extrañarte,
¿por qué no me enseñaste a dejar de necesitarte?…
La pluma es mi voz…
Me enseñaste, poco a poco, a anhelarte,
a suspirarte, a pensarte a cada instante,
todas las noches soñarte,
a echarte tanto de menos y no parar de extrañarte,
¿por qué no me enseñaste a dejar de necesitarte?…
Deja una respuesta