Me haces tanta falta, que en tu ausencia,
el tiempo no pasa y el reloj sigue marcando
la misma hora del momento en el que te fuiste,
como si no te hubieras marchado,
habitando en el rocío de la mañana,
en el sonido del alba, en las vanas esperanzas
que dejaste colgando en la puerta
que aún aguarda tu entrada…
El olvido no espera…
El olvido no espera,
si te mantienes mucho tiempo
en silencio, ausente,
te sumerge en su abismo
y te abandona en el extravío…