Miré como el cigarrillo dibujaba tu silueta en la nada,
sentí todavía tu aroma en la almohada
y me di cuenta que los espejismos me rodeaban
y no sólo se ven en el desierto, sino más bien,
cuando lo que se anhela, nos es tan lejano y ajeno…
Eres ese viento…
Eres ese viento
que en mi corazón
hace eco,
cuando recuerdo
aquellos besos
que tras tu adiós
no volvieron…