De tu partida me
quedó la herida abierta,
no fue capaz de cerrar,
de convertirse en cicatriz,
de dejar de doler,
de reemplazar con el
cielo azul, cada día gris…
¿Cómo pedirte?…
¿Cómo puedo pedirte
que te quedes,
si tu vida no me pertenece,
si ya no quieres intentar más,
si de mi lado te marchaste
hace tiempo ya?…
Miro la luna…
Miro la luna llena
y pienso que,
como yo,
está repleta de ti…
Dame un beso…
Dame un beso que me haga soñar,
que me despegue de la tierra,
los pies, y me lleve a la irrealidad,
un beso que quede marcado
hasta la eternidad…
El aroma de tu ausencia…
Hurgando entre mis letras,
sólo encuentro el aroma
palpitante de tu
desesperante ausencia…
La misma piel…
No quiero despertar
en tu misma cama,
sino que ambos
compartamos
la misma piel…
Poema que acaricia el alma…
Poema que acaricia el alma,
que llena de calma,
que por tu nombre te llama,
que te evoca en el alba,
que del abismo me salva…
Tenerte aquí…
Me gustaría tenerte aquí,
tan llena de mí y yo tan lleno de ti,
sin que a ninguno nos faltara nada,
sin que importara nada,
sin que existiera nada…
¡Qué triste!…
¡Qué triste!
Antes, nuestras miradas no paraban de encontrarse,
nuestros labios no dejaban de ansiarse,
nuestras caricias no podían contenerse
y siempre llegaban al destino de nuestra piel,
¿en qué momento dejamos de rimar?
¿Cómo fue posible que nos extraviáramos
y nos hayamos dejado de amar?…
Anhelo tu aroma…
Despierto
y en el cuerpo anhelo
el aroma de tu rocío
flotando sobre mi piel…